decisión

 Solía pensar que tú, entre toda la marabunta de gente,

lo entenderías. 

No es fácil para mí ser feliz. 

Me es imposible comprender ese sentimiento,

ni en ti, ni en mí.

Mucho menos deducir su durabilidad.

"¿Por qué?" – has de preguntarte.

Es sencillo.

Las únicas cosas que he admitido como fortuna,

no me han sido dadas.

El sudor de mi frente, la sangre en mis sábanas,

han sido las responsables, mas tras un segundo

abría los ojos, y ya no estaban. 

Se esfumaban. 

O quizás eran placenteras por un mero instante.

Después, sin necesidad de espera,

días, semanas, meses, años,

de ventisca, frío, lluvia, niebla.

La presión de el qué vendrá,

la necesidad de un futuro planificado al dedillo,

sin rendija por la que colarse el fallar. 

Por este motivo, tienes que decidirte.

No puedes adularme por mi poesía

si luego vienes a echarme en cara

mi pesimismo. 

Ambos instrumentos van ligados. 

Y me quemé pensando que tú no lo juzgarías. 

Siento ser portadora de la noticia,

lastimar tu alma esperanzada e idealista

mas la dicha no es inspiradora. 

De llevar una vida plena, 

mi deseo sería continuar haciéndolo,

no ser escritora.

Crecer contra la toxicidad, el ansia por más,

a favor de la redención, la buena fé, la libertad.

Ser como tú.

Para levantar versos anhelo que mi existencia me desgarre, me atormente. 

Para levantar este amor, dependo de que me ahogue,

me empuje a la orilla, me arrastre, me frote las rodillas,

me transporte fuera de mi cuerpo,

y con la misma intensidad me devuelva a mi mente.

Esa que tanto temo.

No creas que no sé que mis celos son excesivos,

que me corroen como los gusanos al cuerpo inerte. 

Podría masticarlos si quisiera. 

Ni creas que no sé que para mí, 

solo existe lo extremo.

En aquello que hago, que digo, que creo y defiendo

hay emociones mezcladas,

alarmantes, 

desmesuradas. 

Pero lo que al parecer no infieres es

que de no ser así, no sería poeta, 

sino sencillamente contentada.

Solía pensar que tú, entre toda la marabunta de gente,

lo entenderías. 

Ahora veo que no entiendes nada.