aceptación



No ha pasado, ni pasa

el tiempo.

Y sin embargo ha pasado tanto,

tanto tiempo.



Amas a otra, y vuelves,

vuelves y me eliges.

Por una noche.

Acurrucado en mis sábanas, todo a nuestro alrededor mantiene su denso

olor.

Nada ha cambiado.

Tu rostro en calma, dormido,

el que conocía,

los lunares en tu espalda,

trazan el mismo camino.



Hacemos, como antes, del amanecer nuestro altar.

Donde la pasión

sustituye a los sueños, a los escenarios donde me refugiaba

y el placer es nuestra única palabra.

Donde nuestros labios ya se conocen,

y nuestros cuerpos se anhelaban.

Donde solo somos los dos.



Amas a otra y aún así, me quieres,

No me quieres, quizás un poco,

mas me deseas, como antaño.

El sentimiento, 
embalsamado,

sigue intacto.

Pero el absurdo prende llamas

en mi garganta, en mis pupilas.

Tanto tiempo perdido, esperándote,
 
fingiendo no hacerlo 

en cada latido.



En el enigma del destino,

no sé si será ella, o quizás otra.

Una cosa está clara, no seré yo.

No nos unirá ese símbolo que solo toca a uno,

no criaré al hijo que matamos,

no te veré envejecer.



Viviremos en encuentros fortuitos,

viajes al pasado, donde seguiremos siendo nosotros. 

Donde el resto de nuevas pieles no se intuirá.

Tampoco el paso de los años,

ni las anécdotas de las que no fuimos partícipes,

y aún así nos contamos.

Yo seré yo. Tú serás tú.

Sin preguntarnos quién nos ha cambiado.



Lo he entendido, esta vez sí.

Fui lo que fui. Seré lo que seré,

que no es tanto ni tan poco.

No aguardo más, de ti. No habrá reproches.

Solo asentimiento y forzada felicidad,

por lo que sea que hagas, con quien se halle a tu lado.



No quiero oírlo, pero te escucharé. 

Tan solo hablemos. 

A pesar del daño inflingido por tus palabras, las comprenderé.

Lo haré. Estaré bien,

porque me conoces y me has visto estarlo.

Y porque tenerte en mi vida,

aún escasamente,

vale más que mi agonía.



Me sacrificaré, renunciaré a la sombra del ayer,

con tal de iluminar mi futuro con tu presencia.

Si eso hace que igual que te sigues yendo,

siempre vuelvas.

Como un eco eterno, retornando a mi lado.

Si eso hace que febrero continúe,

narrando tus abrazos.

Incluso si este incluye restos de intrusos destinados a tenerte
.

De mí destinada a aceptarlo.

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