de noche

 Me limito a decirte

lo que pienso

cada noche en tu espalda. 

Con mis dedos escribo palabras de amor, 

que borro con un abrazo. 

Allá donde mi pecho encuentra tu espina. 


Y cuando caigo dormida, 

en sueños deseo que sea ya mismo mañana

y así despertar antes que tú.

Observar en primicia la salvaje naturaleza de tu pelo,

y tu latido en paz. 

Poder esnifar el aliento que sale de tu nariz. 

Admirar tu mente en descanso,

y brindar por mi fortuna.


Es cuando llega el sol invernal que me arrepiento 

de desear tal cosa,

pues eso significa menos tiempo 

a tu lado. 

Tic tac, cada vez menos tiempo. 

Tic tac en el reloj de cuco en ese bar de la esquina.

Tic tac mientras morimos de hambre

frente la llama en la vela blanca sobre la mesa,

que se consume como me consumes. 

Cera en nuestro índice mientras el fuego 

baila sobre sí mismo

para después volver a su forma original. 


La ciudad está tan llena de luz

desde que estamos en ella. 

Soy cegada, proporcionalmente, 

por ti y el característico frío

que nos empuja a abrazarnos en tu cama.

Una colección de piel, de piernas enredadas, 

de labios y manos, una sobre la otra. 

De odiarte y adorarte. 

De no tener futuro.


Esta noche pienso escribir 

las más verdaderas palabras de amor 

y en lugar de desear que llegue el nuevo día,

rezaré para que dormido las leas

y te despiertes antes que yo

sabiendo lo que siento. 

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